martes, 18 de agosto de 2015





CAPITULO III


ENFRENTARSE A LOS PROBLEMAS Y CURAR HERIDAS



David partió a su viaje con rumbo a lo desconocido. Llegó a Katmandú no sabía dónde se alojaría, es recogido a su llegada al aeropuerto  por un viejo amigo llamado Pasang para lleva al monasterio, luego volaron a Lukla al aterrizar se le vinieron los recuerdos de su primer viaje, el cual había hecho en compañía de Michael en donde todo era felicidad.

Luego al llegar al monasterio fue recibido por los monjes con todos los honores y la cordialidad tibetana, pregunto por Joshua el cual estaba durmiendo, el también decide acostarse.

David se despertó bien temprano por la luz del amanecer, la curiosidad de saber dónde estaba lo hizo saltar de la cama, se asoma por la ventana  y lo primero que ve es el Everest, allí comprendió porque a Joshua amaba el monasterio, luego David se acercó al refectorio donde se encontraba Joshua para desayunar y este lo miro con un amor incondicional, se dieron un fuerte abrazo y le dijo a David que se alegraba mucho de verlo y que le agradecía el esfuerzo que había hecho.

Mientras desayunaba David le comentó a Joshua sobre las sensaciones que había sentido en el viaje y este aprovecho para explicarle lo que quería hacer durante su estadía en ese lugar, que realmente su propósito era liberarlo de sus heridas y del pasado para que lograra recuperar la confianza en sí mismo y pensara en un mejor futuro.






FRASES IMPORTANTES



“Tras aterrizar resurgieron más nítidamente los viejo recuerdos de su primer viaje”

“Se asomó a la ventana y ante si se desplego una de las grandes maravillas de la naturaleza, la Diosa Madre, el Everest”


“Su propósito era profundizar en el interior de David como nadie jamás lo había hecho antes, descubrir y destruir sus miedos”










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