CAPITULO III
ENFRENTARSE A LOS PROBLEMAS Y CURAR
HERIDAS
David partió a su viaje con
rumbo a lo desconocido. Llegó a Katmandú no sabía dónde se alojaría, es
recogido a su llegada al aeropuerto por
un viejo amigo llamado Pasang para lleva al monasterio, luego volaron a Lukla
al aterrizar se le vinieron los recuerdos de su primer viaje, el cual había
hecho en compañía de Michael en donde todo era felicidad.
Luego al llegar al
monasterio fue recibido por los monjes con todos los honores y la cordialidad
tibetana, pregunto por Joshua el cual estaba durmiendo, el también decide
acostarse.
David se despertó bien
temprano por la luz del amanecer, la curiosidad de saber dónde estaba lo hizo
saltar de la cama, se asoma por la ventana
y lo primero que ve es el Everest, allí comprendió porque a Joshua amaba
el monasterio, luego David se acercó al refectorio donde se encontraba Joshua
para desayunar y este lo miro con un amor incondicional, se dieron un fuerte
abrazo y le dijo a David que se alegraba mucho de verlo y que le agradecía el
esfuerzo que había hecho.
Mientras desayunaba David le
comentó a Joshua sobre las sensaciones que había sentido en el viaje y este
aprovecho para explicarle lo que quería hacer durante su estadía en ese lugar,
que realmente su propósito era liberarlo de sus heridas y del pasado para que
lograra recuperar la confianza en sí mismo y pensara en un mejor futuro.
FRASES IMPORTANTES
“Tras aterrizar resurgieron más nítidamente los viejo
recuerdos de su primer viaje”
“Se asomó a la ventana y ante si se desplego una de las
grandes maravillas de la naturaleza, la Diosa Madre, el Everest”
“Su propósito era profundizar en el interior de David
como nadie jamás lo había hecho antes, descubrir y destruir sus miedos”
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